domingo, 30 de diciembre de 2007

NAVIDAD, NAVIDAD, UY LA NAVIDAD

LA FIESTA DE FIN DE AÑO

La verdad a mi si me pareció bien que organizaran la fiesta de fin de año con baile y todo, comentaba Jacinto Peláez con Juan Nepomuceno Malpica, quien aunque parezca contradictorio tenía fama de ser todo un galán.

Se les unió en el corrillo José Guadalupe Do-Santos, el parrandero del grupo y Socorrito, la Secretaria del Licenciado Cándido Inocencio de la Reguera, Subdirector de trámites de la dependencia.

Luego luego Juan Nepomuceno verificó con Socorrito si iría a la fiesta Zoila Pucha de Godínez quien era auxiliar en el departamento de contabilidad que dirigía Sóstenes Partida Partida (si, Partida doble) y es que Zoila había dejado a todos mudos en la fiesta del otro año, cuando llegó con un vestido rojo fuego, ajustadísimo, dejando ver todo lo que se tenía que ver y con un ambiente que bueno, acabó con el cuadro, o debiéramos decir los cuadros, porque todos los directores andaban tras sus huesos, aunque el “ganón” a final de cuentas fue Juan Nepomuceno, ya que no pudo decirle que no cuando coquetamente se acerco y le dijo: Lic. Malpica, verdad que usted me va a llevar a casa aunque se me pasen un poquito los brindis.

Que podía hacer Malpica; solo lo obvio, se dedico a brindar y brindar con Zoila y luego a bailar de todo, sobre todo las lentas; que ambientazo de verdad; mucho mejor que el del día de la Secretaria.

Pues bien, el único inconveniente es que este año era de coperacha y tocaba moche parejo para invitar a los jefes y a los altos funcionarios de la dependencia. La medida no cayó nada bien, porque todos los años la fiesta de fin de año era de gorra para los empleados; incluso se compraban buenos regalos que se rifaban entre todos los asistentes: Televisores, estéreos, DVD’s, microondas y así por el estilo un montón de obsequios.

Este año sólo alcanzaría para cinco, para variar todos productos chinos y entre tanta gente, me cae que cualquiera se desmotiva.

Siquiera el "bailacho" atenuaría un poco los malos humores que ya existían en toda la subdirección desde los últimos cambios de funcionarios, que apenas se habían dado en octubre y donde habían sacado a Narciso el “chicho” Zebadúa, que llevaba en la dependencia más de 20 años y era el que de verdad sabía y sacaba adelante las cosas.

Le dijeron que se necesitaba sangre nueva, nada de administradores obsoletos, nada de los procedimientos del pasado; cero ideas retrógradas. Se necesitaba evolucionar hacia la modernidad, aunque los que llegaron resultaron más burócratas y retrógradas que Zebadúa, con quien por lo menos ya se habían acoplado.

El chicho Zebadúa había logrado una buena eficiencia en los servicios a la población y recibió varias veces distinciones y premios por sus aportaciones, incluso una vez el propio presidente le entregó un diploma que a la mejor ahora podrá vender como suvenir para tratar de sobrevivir.

Pero bueno, volviendo a la fiesta de fin de año, llegó el ansiado día; todas las mujeres llegaron irreconocibles, oliendo a perfume que mareaba y los compañeros, pues igual; me recordaron cuando en la secundaria, que era en ese entonces separada niños con niños y niñas con niñas, nos reunían a todos con el pretexto de tener platicas de orientación o conferencias de muy diversos temas.

Chicos y chicas hacían cola ante el espejo para lucir bien. Así ahora, pareciera que nadie en la oficina estuviera casado; todos hacían planes fantasiosos unos contra otras y otras contra unos y ya para eso de las dos de la tarde todo mundo estaba cerrando sus escritorios cuando llegó la terrible noticia.

Se necesitaba una información urgente de esas que los altos funcionarios piden para poderla ver una o dos semanas después, un bomberazo, así que el licenciado Cándido de la Reguera les dio a escoger:

Podían ir a la fiesta, pero acabando de comer tenían que regresar a trabajar para entregar esa información o bien le echaban ganas en ese momento e igual se podrían ir en un par de horas.

La medida no aplicaba para todos, Contabilidad, Nóminas y los demás departamentos se podrían quedar, pero la subdirección de trámites tenía que reponder al bomberazo.

Juan Nepomuceno Malpica se despidió con tristeza de Zoila, que ahora se había puesto un vestido morado, que igual era el rojo del año pasado pero teñido. Así, morado se quedó Juan, rumiando del coraje.

Todo esto cayó como balde de agua fría con todos los de la subdirección; no faltó quien mentara madres y ninguna de las opciones de Cándido les gustó, porque en ambas el resultado era el mismo: les jodieron la fiesta.

Esa Navidad ya no sería lo mismo; vamos, ni Santa Claus hubiera podido atenuar la frustración.

jueves, 27 de diciembre de 2007

LA PUNTUALIDAD, ¿EXISTE EN LA BUROCRACIA?

En México, la puntualidad es un propósito jamás cumplido u otra mentira más del mexicano; ésta provocada por una percepción equivocada del tiempo. Socialmente aprendemos que citarnos a una hora implica llegar después.

Para hacer esperar a alguien 15 minutos le decimos, “un minutito, por favor” o ”un momentito” y los más osados “permítame un segundo” aunque utilicen 900 o mil.

Antes de que hubiera telefonía móvil, dejar plantado a alguien suponía que echara raíces, creciera y floreciera esperándonos en el mismo lugar mientras preparábamos la concebida disculpa que le ofreceríamos más tarde o al día siguiente. Hoy tenemos que improvisar rápido por los malditos celulares.

Hoy somos un poco más abiertos y en lugar de citarnos a una hora, mejor decimos “nos vemos como a las 3”, que puede ser eso, como a la una, a las dos y a las tres. Para otros compromisos, usamos el “Estoy tapado de chamba esta semana, que tal si nos hablamos la otra semana y ya quedamos en algo”, sin especificar, claro, a qué semana nos referimos.

Si de plano se nos olvidó el compromiso podríamos utilizar cualquiera de las siguientes:

 “Oye, ya iba para allá, pero me llamó mi jefe y ya sabes, no te podía hablar para avisarte”;
 “Me resbalé cuando iba saliendo y hasta ahorita recuperé el conocimiento, pero nos vemos la otra semana, ¿sale?”;
 “Se me poncho la llanta y no traía el gato, porque se lo presté a mi vecino y no me lo ha devuelto, pero llego en un ratito si me puedes esperar, si no te hablo luego y nos ponemos de acuerdo”;
 “Nos cayó un bomberazo y quieren la información para el rato, ya pedimos tortas y no creo que salgamos temprano”.
 Etc.etc.etc.etc.

En las bodas y ceremonias más o menos formales, sabemos de antemano que la hora que mencionan en las invitaciones jamás es real y dependiendo de la importancia del evento, de quienes serán los invitados de honor y demás, el aplazamiento puede ser de media hora o de mucho más, sobre todo si el invitado de honor es un alto funcionario del gobierno o un ejecutivo de una corporación, en cuyo caso cualquiera de éstos hará que todo mundo pierda al menos 1 hora.

Claro, se ocupa más tiempo si la novia resulta indecisa a la hora de salir a escena.

Llegar tarde obliga necesariamente a tener un catálogo de disculpas creíbles que se va depurando conforme crecemos para hacerlas más sofisticadas. ¿De verdad le creerían a un adolescente que les dice a sus padres que llegará a la diez cuando se fue a una fiesta?

El o la adolescente a esa edad, ya tiene un catálogo sofisticado de disculpas con el clásico “es que…”y no importa que tengan celular pues no los podremos localizar, ya que las compañías que dan ese servicio nunca tienen cobertura donde los chavos nos dijeron que estarían o bien se les acabó la pila o lo traían en vibrador porque estaban en el cine y siempre, siempre pasa algo extraordinario que no les permite llegar a tiempo.

A mí me educaron en una escuela que exigía puntualidad. Para todo y sobre todo era muy importante llegar a tiempo. “La puntualidad es el gran secreto del éxito… Notad que siempre son los mismos los que llegan tarde.”; versaban unos letreros ubicados estratégicamente en los principales accesos de la escuela.

Entenderán entonces que la puntualidad o la falta de ella son disparadores idóneos del estrés que me suele acompañar cuando tengo reuniones, citas, compromisos, etc., pues el ser puntual, el llegar a tiempo, el no quitarle el tiempo a otros me fue inculcado casi como parte de mi identidad, junto con la palabra de honor y el respeto a los demás y a mí mismo.

Al enfrentarme a la burocracia me di cuenta que el llegar a tiempo es por lo menos 10 minutos después, por el margen que dejan a los burócratas para considerarles su asistencia como puntual, pero puede ser más dependiendo del método que se utilice para este control; no obstante, la puntualidad no funciona así para la hora de la salida, como se puede constatar o comprobar con los registros de asistencia de cualquier entidad burocrática.

Es más, en algunas de ellas está prohibido salir tarde. El mandamiento aplicable sería “Nunca llegues tarde a la hora de la salida”, pero entre la hora de entrada y la de salida, procura pasártela bien y si es fuera de la oficina, mejor.

Son clásicos los muchos y variados pretextos para no llegar a tiempo, como múltiples los métodos para volverse lentos y hasta apáticos en las labores normales.

Llegué a creer que la impuntualidad y la burocracia iban de la mano, hasta que tuve la fortuna de trabajar para una compañía Sueca. La burocracia Sueca es una “burocracia puntual”, exageradamente puntual, todo en el trabajo tiene hora de inicio y hora de terminación.

Tienen una burocracia similar a la del resto de países del norte de Europa: Alemania, Dinamarca, Holanda, Noruega, Suiza, Inglaterra.

Hoy día Francia y España están adoptando la puntualidad también como un valor. En América: Canadá y el norte de los Estados Unidos también tienen burocracias puntuales.

Cuando viajé a Europa hace algunos años, me sorprendió la extrema puntualidad de los trenes, de los barcos, incluso de los autobuses y tranvías. Cuando alguien te cita a equis hora, ahí está; el comercio abre y cierra con el horario autorizado, puntualmente y la verdad, puede uno organizarse mejor en un ambiente de ese tipo, sin caer en rigideces, claro.

C. Northcote Parkinson en su libro La Ley de Parkinson, publicado en español en 1961 por editorial Ariel, promulgo la primera ley que tiene su nombre y afirma que "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine".
En una burocracia, esto es motivado por dos factores: (1) Los Jefes quieren multiplicar sus áreas de influencia, con más subordinados, y (2) 'Las diferentes áreas o los diferentes jefes, se crean trabajo unos a otros.'

Dicho de otra forma, en una Burocracia trabajamos los unos para los otros y así sucesivamente.

Esta ley comprueba la expansión de las burocracias por el papeleo aunque en México se ampliaría por el tiempo extra y finalmente, el trabajo se expandiría hasta que no quedara más remedio que entregarlo, ¡porque tiempo hay, vamos!

En general, podríamos concluir que la burocracia asume también parámetros culturales de los países en que actúa y que la puntualidad está presente siempre en los países desarrollados

Cuando se requiere hacer las cosas en tiempos determinados aprendemos a llegar o empezar a tiempo y también a terminar y salir a tiempo.

Nuestra burocracia cree que extendiendo las horas de permanencia en la oficina se obtienen mejores resultados, cuando lógicamente es lo contrario; pero si se tiene que repetir un escrito ocho o nueve veces porque al Jefe se le ocurren cambios sintácticos o de forma, si tenemos que permanecer en la oficina esperando a que regrese de comer el mero mero, si tenemos que esperar después de la salida por si nos necesita el jefe, o la circunstancia que ustedes quieran, estamos fomentando la ineficiencia y la ineficacia.

Si a esto agregamos las justificaciones para no hacer las cosas, tenemos un resultado evidente.

Recuerdo hace algunos años, cuando estábamos instrumentando con verdadero sentido de urgencia, a toda velocidad, un cambio tecnológico importante a nivel nacional en una institución bancaria, en una instancia regional cuya información no se recibía oportunamente, encontramos el equipo de cómputo empacado y la “justificación” que recibimos no dejó de ser original, pues no lo habían ni siquiera desempacado por curiosidad, mucho menos conectado, o configurado y claro, no habían cargado la información necesaria del nuevo sistema porque “en las cajas del equipo había un letrero del fabricante, aparte del de este lado hacia arriba y el de frágil, que decía “abrase solo por personal autorizado””.

Aclaro que el gerente tenía instrucciones de verificar las instalaciones físicas, conectar los equipos y cargar la información del sistema, pero no sabía y tampoco se le ocurrió solicitar al área de cómputo su ayuda; simplemente dejó las cajas en un rincón hasta casi perder su trabajo; se salvó porque pudo recuperarse antes del vencimiento final programado; si no lo hubiera logrado, su destino estaba más que claro.

viernes, 21 de diciembre de 2007

EL CHARCO

Muchas medidas que se toman dentro de una burocracia para hacer más eficiente y eficaz el trabajo, suelen ser acciones que no van al fondo del problema. Pareciera que existe una especie de fobia a resolver las cosas y resulta más sencillo, muchas veces, complicarlas.

Siempre me ha gustado utilizar el símil del charco de agua. En una burocracia no se investiga el origen del charco. Se ve, preocupa, genera un estado de emergencia y se pone todo mundo a secar el charco. Las más de las veces sin embargo, la llave de agua permanece abierta y el charco vuelve a formarse. Cuando estamos hablando de recursos públicos, esto se vuelve grave.

Una de las formas más aberrante de secar charcos es la que consiste en poner a disposición de personal a los servidores públicos de los que se quieren deshacer los jerarcas de la organización para poder contratar a sus conocidos, amigos o compadres.

Por las características de las relaciones laborales en estas instituciones, la organización está muchas veces obligada a buscar acomodo para el empleado puesto a disposición de personal o si no, se requiere que se le “liquide”, para lo que generalmente no cuentan con presupuesto; por ello se utilizan los llamados “arabescos laterales” o la simple "degradación" para ubicar al personal puesto a disposición donde no estorbe. Sólo logrando que renuncien sin indemnización, estas organizaciones proceden a realizar los cambios que requieren.

Si tomamos en cuenta la “ley de Parkinson”, las estructuras burocráticas tienden a hacerse demasiado pesadas, a crecer sin sentido, para los fines del servicio público que atienden.

Hará unos 25 años, estaba asumiendo una posición directiva en el ámbito del desarrollo organizacional en una de las instituciones más conflictivas del País. En ella la burocracia se quejaba de la burocracia y no con falta de razón.

Al revisar la plantilla de personal de mi Dirección, encontré que contaba con 24 asesores asignados, independientemente de dos gerencias y una jefatura de desarrollo organizacional con alrededor de unas 120 personas. Tratando de averiguar a qué se debía este absurdo me encontré con varias situaciones que dibujan muy bien las motivaciones de la burocracia para actuar como lo hacen.

Durante las entrevistas me di cuenta que tenía ahí gente muy capaz, terriblemente desmotivada y personas que a la mejor fueron muy útiles en algún momento, pero que fueron desplazadas y puestas a disposición de personal.

La historia de casi todos era similar, eran victimas sobrevivientes del cambio de funcionarios. Indagando un poco más y tratando de integrar a estas personas a la visión de la “nueva” administración, encontré que buena parte de su resistencia se debía a la falta de reconocimiento y a la escasa posibilidad real de desarrollarse dentro de la organización.

Me decían que el promedio de permanencia del Director General en los últimos 6 años, había sido de un año cuatro meses y que no creían que esta fuera la excepción. “Ustedes llegan, hacen su desgarriate y se van, pero nosotros nos quedamos y tenemos que aguantar los virajes absurdos y el daño que le hacen a la Institución, a cada rato redescubren el agua tibia o inventan el hilo negro”.

Difícil integrar así, aunque debo decir que se logró en un gran porcentaje acomodando a la mayoría en funciones que si se ajustaban a sus perfiles y fijando un esquema de reconocimientos que sinceramente costó mucho establecer y que fue eliminado en el siguiente cambio de Director General, justo al año y ocho meses de que inició.

Esto me vino a la mente, porque con el servicio profesional de carrera se intentó hace algunos años, modificar las asignaciones arbitrarias y privilegiar la capacidad y el mérito para ocupar cargos públicos, sin embargo esta situación no duró porque la burocracia encontró la forma de ir anulando tales medidas.

Se creó un procedimiento tortuoso y lento que a la larga desvirtuó la intención.

Hoy, para los puestos directivos , hemos vuelto a viejas prácticas burocráticas de nombramiento, en aras de la “confianza”, la “lealtad”, la filiación grupal, etc.

Las burocracias y la nuestra no es excepción, deben mucho de su ineficiencia e ineficacia a la improvisación y al costo tan alto de aprendizaje que periódicamente se tiene que pagar, con cada cambio de mandos, pues...

Prevalece la idea de que el cambio se impulsa desde arriba y la verdad llegan personajes terriblemente nocivos para la salud de las organizaciones, porque practican un estilo de liderazgo equivocado, denostando lo anterior y festinando los "nuevos enfoques".

Y esto, desgraciadamente, ha sido una práctica de años y años, donde lo que se construye, se destruye al poco tiempo y lo nuevo, lo-que-verdaderamente-importa en una administración, se convierte en lastre a la siguiente.Salvo honrosas excepciones, claro.

Finalmente se secan charcos que se volverán a formar con el siguiente cambio.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

GUÍA RÁPIDA PARA HACER TRÁMITES BUROCRÁTICOS.

1.Lleva siempre contigo, a cualquier trámite, la hoja rosa que corresponda.

2.Aunque no se diga que se requiere, junta todas las que tengas y llévalas, por si las dudas.

3.Procura llevar un banco plegable para avanzar en la cola más descansado. (Sólo si es el banco que ya sabes, no tienes que llevarlo. Como son burócratas convencidos, ellos te proporcionan sillas).

4.Lleva tus propios bolígrafos: uno negro, uno azul, un lápiz bicolor, un lápiz normal, goma suave, goma dura y por si acaso una de migajón.

5.Si tienes perforadora y engrapadora, no estaría de más ir prevenido. Ah y lleva broches “BACO”

6.Ordena tus documentos y haz una lista de referencia, ya que como te los van a revolver, necesitarás volverlos a poner en orden.

7.No pongas cara de intolerante, exigente, pedante, pagado de ti mismo, o cometas el error de tratar de caerle bien a el (o la) empleado (a).

8.Tampoco sonrías demasiado, puede tomarse como burla y te puede ir peor.

9.No te ofendas si no te sonríen aunque sea un poquito, imagina nada más si el o la burócrata le sonriera a 500 o 600 personas que atiende diariamente, terminaría con una lesión en alguno de los cóndilos de la articulación temporo mandibular **

** UNA DEFINICIÓN SIMPLE, SENCILLA Y CLARA DE ESTE PROBLEMA FÍSICO ES LA SIGUIENTE:
"El enfoque Gnatológico/Protésico que más adeptos tiene versa sobre que la etiología de disfusión temporomandibular (DTM) es de origen multifactorial siendo las principales causas las interferencias o desarreglos oclusales, para funciones e incompatibilidades estructurales de la ATM, y aunado a todo esto un factor psicológico desencadenante o agravante: El estrés.

Uno de los mecanismos para el desencadenamiento de la DTM lo presentan las interferencias oclusales que muy frecuentemente se acompañan de parafunciones del sistema Estomatognatico con el componente del estrés y estas a su vez ocasionan una actividad muscular exagerada y asincrónica que se traduce en alteraciones importantes del complejo cóndilo-disco interarticular-eminencia articular que se manifiesta muy frecuente como un desplazamiento antero medial del disco y alteraciones mesiales y distales de la posición mandibular que van acompañadas de una sintomatología muy compleja y variada de la DTM".

10.Si un empleado te trata groseramente, aguanta, recuerda tus clases de yoga, de karate, de tai chi chuan, cuenta hasta 50 o 100 si es necesario pero tú, como si nada. Puedes ganar la batalla.

Si insiste en sacarte de quicio, muy probablemente te pedirá la copia rosa sellada y ahí es donde puedes ganarle. La sacas de tu folder y la entregas.

Desesperado, el burócrata te pedirá dos copias fotostáticas de la hoja rosa, claro, así que llévalas, al igual que de todos tus documentos (no te confíes).

Tú puedes salir avante con esta sencilla guía, preparada para darte ánimos y puedas ir decidido a hacer tus trámites, sabiendo que tendrás éxito, sin excusas ni pretextos.

martes, 18 de diciembre de 2007

Y tú, ¿tienes tu copia rosa, debidamente sellada y firmada?

No importa el trámite, debe existir la copia rosa o de perdida la amarilla, mejor ambas, pues cientos de miles de trámites en el mundo exigen como parte de los “documentos que se requieren”, la copia rosa de alguno de ellos.

A veces ponen también la amarilla, pero eso es para despistar, así que no se confíen. No existe un buen trámite que no exhiba el requerimiento de la copia rosa.

Obviamente, también el sello es parte vital en todo procedimiento.

En los formatos se utiliza mucho el color en las copias, para identificarlas claramente del original y en general se les pone una leyenda de a quien corresponde cada copia.

Pero ¿de dónde surgió la famosa copia rosa?; en México, existe la hipótesis que se refiere a la copia de la afiliación al IMSS y era en efecto una copia importantísima en muchísimos trámites del Gobierno.

Ahora ya ha sido superada por el CURP, la credencial para votar y desde luego los trámites por internet, que son igual de burocráticos y, dependiendo de la velocidad de conexión, igual de lentos en cuanto a sus efectos.

Otros piensan que, como todo lo demás, se lo copiamos a los gringos, que tienen una tradición burocrática mucho más añeja y elaborada que la nuestra.

No exagero al hablar de cientos de miles de trámites con copias rosa (consulten la referencia en google), lo mismo que el requerimiento de que se sellen los documentos, aunque estos ya se convirtieron en una cadena ininteligible de caracteres y signos raros en los recibos electrónicos que debieran, en un esfuerzo de congruencia y respetando las tradiciones, crearse con un fondo rosa y con una marca de agua en morado con alguna leyenda inofensiva como “ENTREGADO” O “COTEJADO”, para que por lo menos se dé la impresión de seriedad que se necesita para que el ciudadano común confíe en dichos trámites.

Y para esto sugiero se contraten expertos en “usabilidad” o si no, pedirle a Gates que incorpore en el Windows Vista una restricción adicional a las miles que tiene, para que estos recibos se hagan siempre en color rosa, simulando una copia.

Pongámonos a pensar que quizá parte de la resistencia de los empleados a operar con los medios electrónicos es que no se deja ninguna atribución al ser humano, vamos, nada de discrecionalidad; ya ni siquiera puede un burócrata hacerle un favor a nadie.

Pero eso sí, aunque los digitalicen, seguirán siendo burócratas.

Igual simularán que conocen muy bien la paquetería administrativa y los programas de cómputo, aunque frecuentemente el resultado será que aprendan a bloquear con algo la aplicación más importante y sólo sepan dar “Ctrl , alt, supr”, para recomenzar.

El sabotaje a los sistemas de cómputo es un reto constante para el burócrata. En algún otro espacio mencionaremos algunas formas muy utilizadas.

La multiplicación de formatos en las organizaciones burocráticas explica por sí sola la complejidad de las normas. Verdaderamente se crea un enjambre de disposiciones que muchas veces son contradictorias entre sí, otras más se invalidan por falta de un marco preciso de atribuciones y responsabilidades; en otras ocasiones dos o más autoridades tienen que ver con el asunto desde enfoques totalmente distintos, que crean más y más inseguridad en la toma de decisiones y cierta carencia de certeza jurídica en los actos públicos.

De aquí es fácil deducir que se crean “expertos” en estos procesos complejos que pueden tardar en dar sus opiniones meses, en perjuicio de un ejercicio sano de la administración.

De aquí se puede deducir también la lentitud para tomar decisiones y más cuando se tienen instancias burocratizadas con rigidez suficiente en su percepción de la administración, para que generen el daño.

Es muy triste ver que en el órgano máximo de autoridad de las instituciones gubernamentales (sus juntas directivas o consejos de administración), donde se nombran personas de alto nivel, de prestigio reconocido, se ventilan solicitudes de autorización para tramitar ante las “super dependencias”, asuntos administrativos que suelen entonces resolverse burocráticamente en niveles bajos de dichas dependencias, después de algunos meses claro y sin considerar el desarrollo sano de las entidades.

Jamás lograremos eficiencia y eficacia con marcos tan restrictivos y que llegan a tales absurdos.

Vamos a jugar futbol vestidos de beisbolistas y con un balón de basket ball, para hacer el ridículo en la cancha.

Y después nos quejamos…

viernes, 14 de diciembre de 2007

COMO SABER SI ERES BURÓCRATA EN DIEZ PASOS.

1. Si para hablar contigo tus hijos requieren cita previa, ya eres un caso perdido.

2. Si le pides a tu esposa recibo oficial (con o sin RFC) cada vez que aportas algún gasto, de plano no te mides.

3. Si tu suegra te tiene que presentar su programa anual de visitas a tu casa, ya estás siendo rígido.

4. Si llevas un Registro de lo que se cocina para controlar el consumo de gas, te va a dar gas…tritis.

5. Si llevas tus cuentas, anexando los comprobantes de gastos, incluyendo los boletos del camión y la compra de chicles (burocracia plena), pudiera ser que ahorres, pero nunca tendrás lo que quieres.

Caso real: Yo tuve un jefe que nos mostraba orgulloso su libreta de control donde anotaba lo que se asignaba de gasto para la semana y diariamente todos los gastos que hacía, sin excepción, incluyendo boleadas, refrescos, cigarros, cerillos, boletos de camión y demás; y si le pagaba algo a su esposa o a sus hijos, se los cargaba en la cuenta de cada uno que también llevaba.

6. Si siempre combinas tu ropa usando el azul con el blanco o el negro con blanco o el gris con el blanco y no te atreves a probar el rosa con amarillo o el morado con el naranja, estás practicando una especie de “burocracia cromática”.

7. Si en lugar de buzón, instalaste en tu casa una ventanilla de oficialía de partes y te mandaste a hacer un sello de recibido, sólo te falta el reloj checador para sentirte a gusto.

8. Si te sirven la comida en una charola del lado izquierdo y dejas los platos sucios en otra del lado derecho, aparte de burócrata, extrañas tu oficina.

9. Si haces con tu familia un "brainstorming" anti rutinas, para decidir si comen al día siguiente sopa de coditos, de municiones, de corbata, de letras o de plano se avientan un espagueti, no estás optimizando tus funciones ni las de tu familia, incluye alguna variedad como el reggatoni y las sopas instantaneas.

10. Si contratas internet por cablevisión, le conectas el nintendo, y haces un “war room” familiar para planear el fin de semana viendo tele, te vuelves burócrata neoliberal.

SI NO ALCANZAN LOS 10 PASOS, PODRÁN INVENTARSE OTROS DIEZ A SU PROPIO ESTILO. YA SABEN, "POR SUS ACTOS LOS CONOCEREIS".

SE UTILIZA EL ENTORNO DEL HOGAR PORQUE ES IDEAL PARA MEDIR LA AUTENTICIDAD DE CUALQUIER BURÓCRATA.(SI ES DE CORAZÓN O SÓLO DE HABLADAS, PUES).


IMAGÍNENSE USTEDES A UN TIPO ASÍ EN LA OFICINA... ¿DEMASIADO CONSERVADOR O JUSTO LO QUE SE REQUERÍA EN LA ORGANIZACIÓN?

miércoles, 12 de diciembre de 2007

LA FRASE DE LA SEMANA

“Si hacen como que me pagan, hago como que trabajo”.

Principio fundamental de la burocracia, que deviene de la Ley del Talión y es casi tan antiguo como esta ley.

Ahora bien, no sabemos si fue el burócrata el que inició o cualquiera de las contrapartes directivas que probablemente pensaron: “Si son unos flojos para que les pago”. Qué fue primero, el huevo o la gallina, difícil determinarlo.

Pero no olvidemos que hasta hace muy poco en la escala del tiempo, la humanidad conoció horarios de trabajo tan cortos como los actuales.

Bueno, aquí existen jefes que todavía creen que trabajar medio día es de 9 am a 9 pm y siguen el método de la esponja para delegar.

Este método consiste en pasar trabajo con indicaciones confusas y el trabajador, que es la esponja, absorbe y absorbe, hasta que se rebasa; entonces se para un poco, se gritonea que qué está pasando, que si tiene la confianza depositada en ellos, que no lo ayudan, etc. etc. Pero en cuanto logran sacar un poco de la chamba, secar la esponja, se repite el proceso.

En fin, para llevar bien este principio se requieren habilidades específicas pues, evidentemente la alta burocracia, bien pagada, intenta por múltiples medios, programas, sistemas, mecanismos, estilos de liderazgo, reingenierías, administración del cambio y cualquier herramienta que surja como moda en las escuelas de negocios, incrementar la eficiencia y eficacia, asegurar un uso “óptimo” de los recursos y evitar desde luego, la corrupción.

Y comienza un juego perverso que afecta a la economía y en general a toda la sociedad. El burócrata que se hace el muerto, tiene que aprender a permanecer sentado todo el tiempo, pues si no dará lugar a sospechas. Hacer lo que se conoce como horas/nalga es básico; no deben tomarse muchos líquidos porque se crea una necesidad fisiológica indeseable para estos fines.

Siempre hay que decir que si (que si entendimos, que si sale mañana, que claro que es factible, que si es una idea brillante, etc.). Proferir un no sólo debe hacerse cuando el jefe se refiera a otra persona, compañero o no y sirve para sacarse enemigos de encima.

Y vaya que todo esto afecta, a mi me duele mucho, por ejemplo, que hace poco en un evaluación educativa, el País terminó en último lugar y para mí esto no es más que un reflejo triste del papel que les asignamos a los maestros.

Finalmente resulta que hacemos como que les pagamos, ellos hacen como que les enseñan a nuestros hijos y nuestros hijos hacen como que aprenden.

Fíjense nada más, el sueldo de un profesor en países desarrollados es de unos 60 a 70 mil dólares anuales; en México de unos seis mil.

Sí, el 10 % y no es mordida, ¿qué esperábamos, estar a la cabeza en estas evaluaciones? O será que como estamos acostumbrados a dar el 10% en todo, pues no vemos mal que les paguen el 10% de lo que fijan los estándares de los países desarrollados, con quienes nos encanta compararnos.

No quisiera en este momento involucrar en esto los sueldos de la alta burocracia, que también navega con la misma bandera y en el mismo barco, pero eso sí, en primera clase, faltaba más.

Si tenemos maestros burócratas, también tenemos líderes burócratas, directivos burócratas y padres burócratas y me refiero a los que jamás han visto una tarea de sus hijos, que no les apoyan explicando o buscando las respuestas en libros de consulta o en enciclopedias, que enseñan a sus niños a buscar pretextos, al ¿y yo por qué? o al “se me chispotió”, amén de recetarles como programa cultural excelso ese de los domingos en la mañana, que es altamente educativo y formativo de los valores que buscamos como sociedad. ¿O no? Se aprende por lo menos a catafixiar (¿estará bien dicho?)

La verdad es que hasta la ciencia y la cultura se han afectado y ha surgido también un nuevo tipo de burocracia: la forman los investigadores o incluso los científicos y por el lado cultural los pseudo creativos “nice”.

Viven de los institutos, centros de investigación, consejos, comisiones y fideicomisos oficiales y realmente son muy pocos los que aportan algo. Caray, tantos años de apoyos múltiples, ya era como para tener más logros que los que exiguamente se han alcanzado. Quisiera en serio estar equivocado.

Privilegiar la investigación y el desarrollo cultural, implica también romper el círculo vicioso y desburocratizar los medios que requieren los investigadores para mejorar sus condiciones económicas.

¿O es que hacemos como que les pagamos y ellos hacen como que investigan y los nice como que crean algo?

Es imprescindible pagar por lo que hace el trabajador, el investigador, el analista, el funcionario menor e incluso el directivo y sí, claro, exigir calidad, eficacia y eficiencia. Calidad personal, diría yo.

Este cambio no se podrá instrumentar si no modificamos creencias que hoy nos mantienen así.

Las más negativas son el creer que los cambios deben hacerse desde arribotototo…ta, porque abajo no existe la capacidad; es también creer que los empleados se resisten al cambio y que este hay que impulsarlo con cuanto argumento se encuentre, para vencer la resistencia, o imponerlo como suele pasar.

Entonces si se genera resistencia y es la más nociva: burocráticamente se obedece pero… no se cumple.

No olvidemos que el cambio y los líderes pueden surgir en cualquier parte y generalmente los burócratas investidos de autoridad no suelen ser buenos líderes, ni hacer buenos cambios.

martes, 11 de diciembre de 2007

NOCHE DE FUTBOL

Jacinto Peláez se fue a comer con sus cuates del kínder a los que no veía desde hacía algún tiempo y pensaba que saliendo de ahí, ya no regresaría a la oficina, pues estaba la final del futbol y no se la quería perder.

Le preocupó un poco escuchar en la radio que la policía montaría un dispositivo de seguridad en el estadio y que para agilizar el tráfico había dispuesto un operativo especial. Pensó para sí: “chin, ya nos fregamos, ahora va ser un desgarriate llegar al estadio y ahí no nos la vamos a acabar con las 2 o 3 revisiones que te hacen para entrar y con las vaciladas que inventan contra los revendedores a los que finalmente ni les hacen nada”.

En fin, se dedicó en la comida a cotorrear con todos sus amigos y amigas de entonces; por cierto observó que sus amigas se conservaban de maravilla y no así sus cuates; dos que tres ya están rucos y medio pasadones de moda.

Estaba por el rumbo de avenida Revolución, ya casi en San Ángel, previendo quedar cerca del estadio para poder llegar.

Como este lugar cerraba temprano no podía dejarles su coche así que decidió llevárselo y si no podía llegar al estadio se iría a casa a ver el partido por la Tele. Finalmente su boleto no estaba pagado y si no llegaba, lo venderían rápidamente.

Ay Jacinto, que iluso, ni porque eres burócrata.

Pues en efecto, cantidades industriales de automovilistas decidieron salvar el obstáculo del partido casi tres horas antes y el mentado operativo demostró la habilidad innata de los policías para lograr nudos viales perfectos.

Ya a las 6 de la tarde estaba casi bloqueado todo en todas direcciones.

Pidió su auto al valet parking a las 6:10. Recibió el auto a las 7:15. Si, aunque no lo creas fue lo que tardaron en traer su auto del estacionamiento a tres y media cuadras hasta la avenida Revolución.

Como no se podía ir hacia el sur decidió rodear por el periférico. Oh, craso error, aunque prefirió esto porque una amiga le llamó para decirle que no fuera a desviarse hacia Calzada de Tlalpan, pues todo estaba bloqueado. De hecho ella le quería preguntar cómo se regresaba de la carretera libre a Cuernavaca pues hasta allá llegó siguiendo las indicaciones de los policías y la única vía que le dejaron.

De repente encontró fluido el tráfico, pero ya era la carretera. En su primer intento de regresar encontró patrullas atravesadas en Insurgentes en dirección de su casa y finalmente se dio cuenta que estaba otra vez en la carretera.

Volviendo con Jacinto tomó hacia el norte para buscar una entrada al periférico. Ocho kilómetros adelante pudo finalmente desviarse hacia esta vía rápida ¿?.

A duras penas llegó a las 9:30 de la noche a su casa,tres horas veinte minutos; estresado, molesto, enca-mole-empu-contrariado se puso a ver el futbol, del cual se aburrió al poco rato quedándose dormido.

Tanto esfuerzo para nada. Uno entiende que en el estadio y en las cercanías exista algo de problema, pero en tantos kilómetros a la redonda sólo podía deberse al operativo para agilizar el tráfico.

De ese operativo pudo observar claramente a un montón de policías hechos bola, pitando y agitando los brazos, mientras las patrullas por el altavoz increpaban “Avance, avance”, no se detenga.

Pudo contar los movimientos de brazos y por cada 57, uno podía avanzar 3 metros, si es que no se había atravesado algún camión, trailer, microbús o pesero; esto mientras iba por Revolución, ya en el periférico siquiera fue más agradable, aunque es vía rápida ¿?, un montón de vendedores le ofrecíeron refrescos, cacahuates, dulces y hasta cigarros, sin faltar las gorditas de nata.

Podías fumarte un cigarro, acabarte un paquete de cacahuates, un refresco y las gorditas avanzando escasos 50 metros. Así como no va uno a engordar.

Ya dentro de su sueño empezó a tener pesadillas e imagino que tenía que atender en las ventanillas a una cola de personas que daba la vuelta a la calle y veía en su sueño como les decía avancen, avancen, no se detengan y luego se ponía a pelear con los vendedores que aprovechando esto vendían de todo y en la dependencia estaba prohibido. Y ni que decir de los coyotes, que ofrecían sus servicios sin tapujos.

Se vio a sí mismo revisando solicitudes y regresándolas a los interesados, que aquí falta tal dato, que en el otro el papel rosa está ilegible, que su solicitud está maltratada y tienen que elaborarla nuevamente, que le falta el sello de no se quien, etc. etc.

Lejos de incomodarle este sueño, le reconfortó, pues le regresaba a su mundo, a la autoridad que ni siquiera pudo asomar con los policías y finalmente llegó a la conclusión de que el operativo de la policiía había estado bien y que todo se debió a la arbitrariedad de los automovilistas que no obedecen, se meten en sentido contrario, se atraviesan y demás y además, le había gustado la energía de la policia para mover los brazos y las voces varoniles que gritaban: avance, avance.

Decidió entonces implementar el nuevo procedimiento que propuso el grupo de dirección para la atención en ventanillas y… ya veremos que pasó un poco más adelante…

Continuará…

viernes, 7 de diciembre de 2007

ESTE ERA UN ASUNTO IMPORTANTE.

Llegó un buen día, como todos los días, a la oficina del mero mero mero, un asunto delicado que requería de atención inmediata. Como el susodicho andaba de gira, el jefe de esa oficina turnó de inmediato el asunto al secretario correspondiente, en cuya oficina, sus asistentes lo remitieron con nota de urgente al subsecretario responsable, cuyo secretario particular actuando de inmediato lo envió al director general que conocía de estos asuntos.
Su área de control de gestión, viendo que venía de arriba arriba, lo envió para su atención procedente al subdirector correspondiente. La secretaria del subdirector lo turnó a su vez al jefe de departamento responsable, con instrucciones de atenderlo de inmediato. Como el jefe había salido a almorzar, Jacinto Peláez tomo el asunto para analizarlo.
Después de un rato y de comentarlo con varios compañeros, se les ocurrió que podrían hacer lo mismo que en el caso anterior donde unos talabarteros se quejaban de la falta de apoyo gubernamental para producir alforjas y pretinas, dado que los talabartes ya habían caído en desuso y la producción de sables y espadas iba francamente en picada.
Bueno, pues sugirieron entonces que se creara una comisión y una mesa de diálogo para buscar soluciones a tan delicado problema, sugiriendo que intervinieran otras dependencias para resolver eso sí, de una vez por todas, el problema de los paleteros que estaban atendiendo con tal urgencia. Sugirieron también que se invitara a los gobiernos locales de los estados tradicionalmente productores de paletas, nieve, raspados y derivados.
Prepararon un oficio de respuesta y esperaron a que llegara el jefe para que le echara un vistazo y lo enviara a su subdirector. Estaban a punto de ver este asunto cuando hablo la secretaria del subdirector urgiéndolos a enviarle ese oficio, pues lo pedía con urgencia el subdirector, cosa que hicieron sin más.
Como el subdirector estaba en reunión con sus asistentes, la secretaria lo envió a la oficina del Director General, quien ya se encontraba con el Subsecretario esperando esta respuesta. Lo analizaron rápidamente, le corrigieron de forma algunos párrafos, la secretaria lo puso en papel de la oficina del Secretario y se lo remitieron al mismo para su acuerdo con el presidente.
Alcanzaron al secretario en el auto y le entregaron el oficio, sin embargo, no pudo tener ese acuerdo, pues el mero mero mero estaba atendiendo a un grupo de mujeres tibetanas que venían en su gira de paz 2006-2008. Entonces dejó el oficio en la oficina del jefe de la oficina.
Dado que el mero mero mero iba a tener una reunión con un grupo importante de inversionistas e industriales, los asesores incorporaron en la agenda la formación de esta comisión e incorporaron el rubro de paletas y nieves, junto con el de alforjas y pretinas en los sectores estratégicos de inversión. Para el discurso que se leería, pusieron lo de la formación de la comisión, pues eso siempre merecía la atención de los medios.
Al día siguiente, los titulares de los principales diarios resaltaban. “Se forma la Comisión Nacional para el fomento de la producción y el consumo de paletas, nieves, raspados y derivados y su distribución a través de las cadenas de talabarterías en todo el país. Para estos trabajos se autorizó un presupuesto histórico y la aportación de los industriales del ramo… En su intervención, el mero mero mero, resaltó los trabajos realizados para alcanzar una solución satisfactoria para todos al grave problema que se venía presentando en estos ramos tan importantes de la economía y felicito a su Secretario del ramo por tan atinada y oportuna gestión”.
Al leer esto, Jacinto Peláez se dio cuenta que el origen de todo eso era el oficio que había preparado y que había dejado por error un parrafo del oficio de los talabarteros y bueno, resulto demasiado tarde. Eso sí, probablemente les vaya mejor a los paleteros, por aquello de los subsidios y los apoyos que esta comisión les irá dando y de pasada otro empujoncito a los talabarteros no les caerá mal…Finalmente era un asunto importante.
Por cierto, lo que pedían los paleteros era que no les subieran tanto las tarifas del agua y que los inspectores dejaran de pedirles mordida.
Moraleja: Las Burocracias pueden actuar muy rápido, sobre todo cuando no se trata de emergencias. La disyuntiva sigue siendo si queremos rapidez o precisión…

jueves, 6 de diciembre de 2007

DIEZ MANERAS DE EVADIR RESPONSABILIDAD EN LA BUROCRACIA.

Ante las acciones y/o decisiones que se espera tome el responsable de una función o actividad, el burócrata puede, sin mayores consecuencias:
1. Transferir el problema, la acción o la decisión al más cercano
2. No afrontar problemas.
3. Difundir entre varios la responsabilidad, a través de la petición de opiniones o de la instrumentación de otras acciones que las más de las veces no se requieren.
4. Ignorar el problema. También se le conoce como “estilo avestruz”.
5. Acaparamiento de autoridad. (no delegar por ningún motivo)
6. Demorar las decisiones hasta el último momento
7. Actuar con el formalismo y ritualismo típico de esas organizaciones (protocolos, antesalas, acuerdos formales fijos, etc. etc.) y no instrumentar una decisión o una acción oportunamente.
8. Sabotaje burocrático, aplicado contra cualquier “enemigo”.
Cuantas veces no hemos escuchado frases como:
 TE RESUELVO MAÑANA SIN FALTA…
 NO SE DE QUE HABLAS…
 NO LO HE VISTO…
 NO ESTA EN MIS MANOS…
 FALTA INFORMACION…
 NO HAY PRESUPUESTO…
 ES CULPA DE...
 LO TIENE MI JEFE…
 JAMAS LO RECIBI…
9. Obedecer ciegamente las instrucciones del jefe, aunque no se cumplan los propósitos de la decisión o la acción.
10. Crear Comités innecesarios, reglamentarlos con rigidez y soportar las decisiones en aparentes consensos.

INSTRUCCIONES PARA SER CREATIVO

miércoles, 5 de diciembre de 2007

DE COMO SE AFILIAN NUEVOS BUROCRATAS O “A LA TIERRA QUE FUERES HAZ LO QUE VIERES”

A veces, las cosas más simples suelen explicarnos situaciones o fenómenos complejos. La burocracia como sistema administrativo, como forma de organización, es un fenómeno ampliamente extendido a nivel mundial. Encontramos burocracia en todas partes, en el gobierno, en las empresas, en las escuelas, en los hospitales, en nuestros hogares.
En un sentido coloquial y de uso común, burocracia a menudo equivale a ineficiencia, pereza y desperdicio. .
Yo creo que cuando un joven ingresa a una organización, generalmente no es un burócrata declarado.
Ya trae los genes y el aprendizaje a fuerza de a fuerzas, por haber interactuado con un montón de organizaciones burocráticas un montón de veces a lo largo de su vida.
Sin embargo, todavía se rebela y tiene, como todos los jóvenes, ideales y sueños relacionados con su rol en la evolución de su entorno económico y social.
Excluyo el entorno político, porque en ese ya se tiene que tener un cierto reconocimiento de que tan burócrata puede ser uno. En general, los políticos suelen ser además de burócratas, autócratas y su aprendizaje y práctica merece un análisis separado.
Pero bueno, al comenzar, el aprendiz de burócrata intenta ser eficaz y eficiente y se topa con las actitudes más nefastas, en un entorno que se vuelve hostil casi de inmediato.
Están por un lado los subordinados que suelen navegar con diversas banderas, menos la acostumbrada en estos casos. Pueden ser altamente oportunistas, sumamente críticos respecto a su anterior jefe, evasores profesionales de responsabilidad, pero conocen el teje y maneje de las cosas que han hecho por años, lo que les da cierto poder sobre el jefe.
Hay quien asegura que si de verdad le quieres dar en la torre a tu jefe, tan sólo tienes que obedecerlo, pues tarde o temprano se va a equivocar y tendrá toda la responsabilidad.
Por el otro, están los jefes que también navegan a su propio estilo, que acaban de descubrir el hilo negro, o bien que se sienten paridos por la virgen, que ya analizaron los problemas de esa organización y tienen en sus manos “la solución”.
Curiosamente estas soluciones suelen aumentar los costos y o los gastos, sobre todo las que involucran reingenierías, nuevos sistemas y la automatización de los procesos que elevan el interés por comprar “soluciones novedosas”, “tecnología de punta”, “asistencia de especialistas o expertos” (los extranjeros siempre son mejores que los de acá).
Y todo para que en el siguiente cambio de directivos se “descubra” que todo eso hay que tirarlo a la basura e inventar algo “mucho mejor”, buscando desde luego a los culpables que crearon una solución tan deficiente y que “seguramente” tenían otros intereses.
Finalmente está la cultura burocrática que claramente te deja ver y sentir que todo, absolutamente todo, se hace “como un favor”. Es esto de hoy por ti mañana por mí, es me la debes para cuando lo necesite, es el mira “sólo por tratarse de ti”, es en síntesis un no tengo porque hacerlo pero te voy a echar la mano, sólo porque eres tú.
APF es entonces “Administración por Favor” y aplica para la APF (pública) y para la AP (privada).
¿Cuánto tiempo puede aguantar un joven (mujer u hombre) antes de contaminarse con todo esto; antes de salir sistemáticamente por su café de Starbucks, perdiendo bastante tiempo, porque el café de la oficina es muy malo o simple?
Agreguemos un ingrediente más: la interpretación de las normas, asunto que se vuelve harto complejo por cómo están redactadas y por el enjambre de contradicciones en que suelen caer en su conjunto, al grado que se vuelve muy sencillo meter la pata en su aplicación, lo que implica un riesgo muy alto para cualquier persona, más para los “novatos”, menos para los burócratas de abolengo.
Hasta aquí por ahora, pero después regresaremos a ver estos temas con mayor profundidad…

martes, 4 de diciembre de 2007

LOS 10 MANDAMIENTOS DEL BUROCRATA

1) Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana. Para pasado mañana, como quiera la libras

2) Si algo urge, demuéstrales fehacientemente que están equivocados.

3) Si no urge, espérate hasta que urja (y luego aplica el punto 2).

4) Jamás llegues tarde a la hora de la salida.

5) Si alguna instrucción resultó demasiado clara, enrédala antes de proceder a cumplirla.

6) Si te preguntan la hora, dales la que ellos quieran.

7) Si hacen como que me pagan, hago como que trabajo.

8) Si normalmente llegas antes que el jefe, prepara a conciencia las excusas del día

9) Jamás arriesgues tu opinión, te vuelves peligroso

10) Lo sentimos, el mandamiento diez lleva dos semanas en el escritorio del jefe esperando autorización para ser publicado.

lunes, 3 de diciembre de 2007

LA FRASE DE LA SEMANA

“Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana. Para pasado mañana, como quiera la libras”.

Esta sana costumbre de la burocracia disminuye el stress del trabajo, ayuda a evitar problemas cardiacos y permite darle importancia a lo que verdaderamente la tiene, o sea, sólo a aquello que el jefe pide para ya.

Por cierto si el jefe pregunta que hora es, se debe contestar: a)La que usted diga, jefe, o bien b)la que usted quiera, jefe.La respuesta debe ser natural, sin genuflexiones ni reverencias exageradas, sin gestos socarrones, con un tono de voz plano, nada estridente ni que se de a notar.

SOBRE EL SENTIDO DE URGENCIA:

El sentido de urgencia en la administración, implica la concepción de lograr una meta en el menor tiempo posible, ejecutando las acciones necesarias oportunamente.

Este concepto, enfrentado o interpretado en la burocracia podría rebautizarse como sentido de emergencia, como la sucesión interminable de lo que coloquialmente se llama bomberazo.

Estos suelen ocurrir por diversas causas, resaltando dos como las más frecuentes:

La negligencia del jefe para tomar alguna decisión oportunamente o simplemente el retraso para atender el trabajo personal que tiene sobre el escritorio que, cuando le es requerido, genera hacia abajo la emergencia.

La segunda se refiere a lo que podría llamarse guerra departamental, la cual se origina por posiciones políticas de la jerarquía burocrática o bien por conflictos interpersonales no resueltos que empiezan a involucrar a terceros, que llevan a formular alianzas y que suelen desembocar en el principio de evasión más conocido, que es el de hacer ver mal al enemigo, mantener la pelota en su cancha a como de lugar y desde luego, demorarle cualquier decisión que tenga que ver con la propia área de responsabilidad y que el otro requiere para desarrollar sus actividades.

¿DONDE Y CUANDO TUVISTE EL PRIMER CONTACTO?

Seguramente que cuando nací, ya existía la burocracia, pero como no me percaté mayormente de ella, para mi exigua realidad no existía.

De hecho en ese entonces, fui salvado de experimentar mi primer contacto con una burocracia, porque nací en la que después supe, era la casa de mis padres. Ese procedimiento, nacer así nomás en casa y de la manera más natural era, entiendo, una buena opción, lo normal pues, aunque probablemente tenía más que ver con la posibilidad de tus padres de pagar un hospital.

Así nací, aspirando el aroma de las magnolias y llenándome de inmediato con el inmenso amor de mis padres y de mi familia.

Al eludir el primer tratamiento burocrático del que pude ser objeto, nacer en un hospital, mis primeros años transcurrieron sin experimentar el fenómeno, aprendiendo un mucho a hacer lo que se me daba la gana, bueno casi, porque hacía también lo que se les daba la gana a los demás, mis abuelos, mis padres, mis hermanos y mis tíos.

Aclaro que existía en casa cero burocracia, mi abuela era la que mandaba y punto.

Formalmente, la primera organización burocrática que enfrenté fue la escuela, el primer recuerdo de esa experiencia burocrática, ocurrió cuando me enteré que uno no va al baño cuando tiene ganas, sino cuando se le antoja a la maestra que uno tiene ganas. Mis pantalones, mi orgullo y la pena, resintieron esta regla que espero ya no exista en las escuelas.

Debemos considerar que uno necesariamente al llegar a este primer encuentro social, lo hace con una buena apertura y una actitud positiva, porque llegas siendo el rey de tu casa.

Sin embargo no te esperas encontrar a otros 20 o 25 reyes o reinas de sus respectivas casas, y si bien ese conflicto pudiera ser superado rápidamente en razón de las propias leyes naturales, la empatía y la identificación con los seres de nuestra propia especie, las reglas de la escuela y la intervención exagerada de tu maestra o maestro, te atan en tus reacciones normales, te provocan frustración, desencanto y muchas veces el mayor desgano, situaciones que con el tiempo, de alguna forma asociamos con el concepto y con el comportamiento que implica estar rodeado de burocracia.

Ahí, en el kínder, aprendemos a realizar muchos trámites. Existe uno para hablar, otro para ir al baño, uno o varios más para jugar, para salir, para almorzar, para escuchar. Cabe aclarar que algunos son razonables y expeditos, pero otros no tanto. Como en todo, pudimos tener la fortuna o no, de que nos asignaran un buen jefe, pero ahí encontramos ya que independientemente de este líder formal, la organización de la escuela impone formas específicas en las que se ejerce la autoridad.

Lo mismo pasa en cualquier burocracia, donde prevalecen las normas “per se” y condicionan notablemente los estilos de liderazgo que pueden alcanzar el éxito.

De hecho, la capacidad de penetración en la organización de cualquier líder o autoridad formal, jamás está en función de su capacidad ejecutiva respecto a la materia o responsabilidad que atiende, sino de su habilidad política hacia la jerarquía superior, a quienes fija casi como ídolos y hacia quienes responde acomodando la realidad a la expectativa política o a los intereses de los grupos de poder.

Así la filosofía preponderante es la que llamo Administración por Subjetivos, ya que difícilmente pueden establecerse objetivos organizacionales con misiones claras y visiones estructurales de largo plazo.

La burocracia responde a esta filosofía mediante otra consistente en lo que llamo “Importamadrismo” Responsable, en donde vemos que los empleados siempre están en su escritorio, atados, igual y hasta llegan puntuales y se ve que trabajan, pero la realidad es que les vale una pura y dos con sal lo que hacen.

¿Esto motiva el trabajo creativo, eficiente y eficaz ? La respuesta es evidente, sin embargo, cabe analizar donde se inicia el conflicto. En mi criterio las reglas reactivas internas de las burocracias son una defensa hacia los caprichos de la jerarquía y un medio más o menos útil para defenderse de la arbitrariedad que surge del ejercicio de una autoridad que se justifica en razón de la prepotencia que le otorga el pseudo-poder que emana del político en turno, de si las puede, de si es de la confianza del mero-mero, etc.

Existe una regla no escrita sobre las reglas que podría expresarse como : “Si una norma administrativa está fuera de contexto o no opera en la realidad, se obedece, pero no se cumple”, de ahí se deriva otra muy nociva: “Las reglas fueron hechas para ser violadas” y, desde luego podríamos encontrar otras derivaciones que desembocan en fenómenos más o menos perniciosos. He aquí algunas:

“Los asuntos delicados enviados para su atención al más alto nivel, son resueltos por el nivel más bajo de la estructura que verdaderamente tiene la práctica para saber que hacer. Generalmente se salta una norma y eso siempre tiene un costo”

“La posible solución real a un problema es deformada por la aplicación de las normas”.

“Una vez decidido un curso de acción específico, éste será criticado hasta que se reconsidere y así sucesivamente”.

“Los hijos de los políticos generalmente heredan las malas mañas, sin alcanzar jamás los logros de los padres. Los hijos de esos políticos de ayer, convertidos en empresarios, son prohombres en la sociedad, sin importar el postulado anterior”.

“La mejor manera de darle en la torre a un jefe, es obedecerlo”.

“El burocrata siempre se protege transfiriendo la responsabilidad hacia arriba, hacia abajo, o hacia los lados”.

domingo, 2 de diciembre de 2007

A MODO DE PRESENTACIÓN

Repasaba por enésima vez, mentalmente, el célebre poema de Amado Nervo, “En Paz”, e independientemente de convencerme una vez más de la perfección de sus estrofas, de cada palabra, de cada coma, medité un largo rato sobre la implacable realidad que con destreza exhibe. De esos pensamientos, resonando en mi conciencia como ecos del pasado, como voces del presente y como dulces sonidos del mañana, se derivaron en torrente un sinfín de nuevos pensamientos, las visiones del recuerdo perfeccionado por la imaginación e ilusiones imperfectas, no formadas todavía, del mañana que siempre llega.

Fácilmente decide uno sembrar rosales y no vientos ni rencores, fácilmente buscamos las noches serenas y deseamos fervientemente extraer de esta vida lo mejor para nosotros mismos y también, porque no, para los demás. Le damos importancia al amor y a ser amados y empezamos a repasar los obstáculos que nos imponemos artificialmente para hacernos la vida complicada.

A mis casi 63 años, después de plantar cientos de árboles, de tener, que yo sepa, cinco hijos que van de los dos hasta los , pensé en ese momento en completar la célebre trilogía del sentido de la vida y decidí intentar, a riesgo de los que se atrevan a leerme, abrir un espacio de discusión, intercambio y asesoría sobre lo que, como verán, constituye para mí un factor común, en sentido literal, de los obstáculos artificiales que nos imponemos para complicarnos la existencia y para complicársela a los demás, un “blog”, pues, acerca de la burocracia en su significado más amplio, esto es, no específico al poder de los empleados públicos, no circunscrito a la teoría de Max Weber, no sujeto a una interpretación hoy demasiado estereotipada respecto a que las organizaciones privadas dejan de ser burocráticas, sin considerar que esconden su ineficiencia y su corrupción con una buena publicidad.

Y es que esto de inventar la burocracia, resultó sublime, ya que aunque todos renegamos de ella en la magnitud que nos afecta, en el fondo o cuando no nos afecta, la practicamos como profesionales entrenados.

El riesgo de emprender una tarea como esta, analizar desde los enfoques asequibles un fenómeno tan extendido y con tantas variantes, facetas, enfoques, visiones, logros y repercusiones es, efectivamente, no abordarlos todos o incurrir en visiones parciales que llegarían a sesgar las conclusiones a las que podríamos llegar dentro de este espacio, pero esto podría subsanarse considerando dos cosas:

Hacer un análisis integral de la burocracia llevaría a burocratizar las opiniones, los comentarios, las intervenciones espontáneas y desde luego el análisis integral se volvería como programa de gobierno

Por otra parte, sinceramente, perder la espontaneidad al intentar cualquier metodología burocrática para el análisis, tendría el efecto de emitir aseveraciones dogmáticas o si le hacen a esto de la burocracia, simplemente admitir la “normatividad formalmente establecida”, “la normatividad vigente” o la “normatividad en la materia”, términos y contenidos que, por cierto, nadie entiende bien a bien en ninguna sociedad civilizada y desde luego, burocratizada.

La falta o el exceso de precisión en las normas que regulan las actividades del ser humano como ente social, acarrea de forma natural principios de organización por definición burocráticos. En el primer caso al existir una discrecionalidad puramente subjetiva de quienes deben conducir o ejecutar actividades que afectan a otros y en el segundo, porque se genera una rigidez absurda que hace complejos los procesos y pierde el fondo por la forma.

A propósito de las normas, se han preguntado alguna vez ¿qué pasaría si no existieran? Desde luego que llegaríamos al caos y a la anarquía absoluta, difícilmente podríamos vivir, surgiría nuestro ser animal y de todas formas se establecerían reglas de supervivencia, así fueran basadas en la imposición y dominio de los más poderosos física o económicamente.

En la sección de los recuerdos, iré evocando situaciones, anécdotas y eventos más o menos vagos, más o menos precisos, para narrarles los múltiples, variados y a veces frustrantes encuentros con las burocracias y trataré junto con ustedes de encontrar las formas prácticas de sobrevivir a estos encuentros, con el ánimo de aplicar antídotos eficaces al terrible veneno que van dejando en nuestros espíritus.

Muchas leyes no escritas, la esencia de las motivaciones y reacciones que nos llevan a ser burocráticos, en que aspectos debemos poner atención, reconocer las realidades e interactuar más positivamente con los bien o mal llamados, depende, burócratas, aparecerán en los diversos relatos, atreviéndome en algunos de ellos a tratar seriamente la problemática subyacente, sus implicaciones y sus repercusiones.

Intento merecer el entusiasmo de los lectores, comentaristas y amigos que seguramente surgirán en este espacio, provocar en todos ellos cierto autoanálisis y generar una posición comprensiva y positiva hacia el cambio de actitudes que muchas veces aparecen en los extremos entre el burócrata y el anti-burócrata, por no reconocer que ambos tienen generalmente características afines e, incluso, suelen generar efectos similares.

Alguien dijo que si el hombre pudo llegar a la luna, esto fue gracias a una burocracia, refiriéndose a la organización de la NASA y no cabe duda que hoy, la enorme mayoría de las organizaciones en el mundo lo son, porque evidentemente tienen ventajas administrativas y económicas; aunque por otra parte, si no existe un equilibrio dinámico entre propósitos, flexibilidad de la norma y control de los procesos, la propia administración va generando rigidez, burocracia, ineficiencia y, como consecuencia del no cambio oportuno, decadencia y muchas veces desaparición .

Así que deberemos buscar las sinergias positivas para combatir la entropía desde nuestras esferas de influencia o decisión en las organizaciones con quienes estamos involucrados; desde el hogar hasta la empresa o el gobierno, desde nuestra actitud como individuos hasta nuestro comportamiento social.

Espero, pues, que esta página se convierta en un espacio abierto que permita orientar nuestros esfuerzos por construir un mejor país.