domingo, 2 de diciembre de 2007

A MODO DE PRESENTACIÓN

Repasaba por enésima vez, mentalmente, el célebre poema de Amado Nervo, “En Paz”, e independientemente de convencerme una vez más de la perfección de sus estrofas, de cada palabra, de cada coma, medité un largo rato sobre la implacable realidad que con destreza exhibe. De esos pensamientos, resonando en mi conciencia como ecos del pasado, como voces del presente y como dulces sonidos del mañana, se derivaron en torrente un sinfín de nuevos pensamientos, las visiones del recuerdo perfeccionado por la imaginación e ilusiones imperfectas, no formadas todavía, del mañana que siempre llega.

Fácilmente decide uno sembrar rosales y no vientos ni rencores, fácilmente buscamos las noches serenas y deseamos fervientemente extraer de esta vida lo mejor para nosotros mismos y también, porque no, para los demás. Le damos importancia al amor y a ser amados y empezamos a repasar los obstáculos que nos imponemos artificialmente para hacernos la vida complicada.

A mis casi 63 años, después de plantar cientos de árboles, de tener, que yo sepa, cinco hijos que van de los dos hasta los , pensé en ese momento en completar la célebre trilogía del sentido de la vida y decidí intentar, a riesgo de los que se atrevan a leerme, abrir un espacio de discusión, intercambio y asesoría sobre lo que, como verán, constituye para mí un factor común, en sentido literal, de los obstáculos artificiales que nos imponemos para complicarnos la existencia y para complicársela a los demás, un “blog”, pues, acerca de la burocracia en su significado más amplio, esto es, no específico al poder de los empleados públicos, no circunscrito a la teoría de Max Weber, no sujeto a una interpretación hoy demasiado estereotipada respecto a que las organizaciones privadas dejan de ser burocráticas, sin considerar que esconden su ineficiencia y su corrupción con una buena publicidad.

Y es que esto de inventar la burocracia, resultó sublime, ya que aunque todos renegamos de ella en la magnitud que nos afecta, en el fondo o cuando no nos afecta, la practicamos como profesionales entrenados.

El riesgo de emprender una tarea como esta, analizar desde los enfoques asequibles un fenómeno tan extendido y con tantas variantes, facetas, enfoques, visiones, logros y repercusiones es, efectivamente, no abordarlos todos o incurrir en visiones parciales que llegarían a sesgar las conclusiones a las que podríamos llegar dentro de este espacio, pero esto podría subsanarse considerando dos cosas:

Hacer un análisis integral de la burocracia llevaría a burocratizar las opiniones, los comentarios, las intervenciones espontáneas y desde luego el análisis integral se volvería como programa de gobierno

Por otra parte, sinceramente, perder la espontaneidad al intentar cualquier metodología burocrática para el análisis, tendría el efecto de emitir aseveraciones dogmáticas o si le hacen a esto de la burocracia, simplemente admitir la “normatividad formalmente establecida”, “la normatividad vigente” o la “normatividad en la materia”, términos y contenidos que, por cierto, nadie entiende bien a bien en ninguna sociedad civilizada y desde luego, burocratizada.

La falta o el exceso de precisión en las normas que regulan las actividades del ser humano como ente social, acarrea de forma natural principios de organización por definición burocráticos. En el primer caso al existir una discrecionalidad puramente subjetiva de quienes deben conducir o ejecutar actividades que afectan a otros y en el segundo, porque se genera una rigidez absurda que hace complejos los procesos y pierde el fondo por la forma.

A propósito de las normas, se han preguntado alguna vez ¿qué pasaría si no existieran? Desde luego que llegaríamos al caos y a la anarquía absoluta, difícilmente podríamos vivir, surgiría nuestro ser animal y de todas formas se establecerían reglas de supervivencia, así fueran basadas en la imposición y dominio de los más poderosos física o económicamente.

En la sección de los recuerdos, iré evocando situaciones, anécdotas y eventos más o menos vagos, más o menos precisos, para narrarles los múltiples, variados y a veces frustrantes encuentros con las burocracias y trataré junto con ustedes de encontrar las formas prácticas de sobrevivir a estos encuentros, con el ánimo de aplicar antídotos eficaces al terrible veneno que van dejando en nuestros espíritus.

Muchas leyes no escritas, la esencia de las motivaciones y reacciones que nos llevan a ser burocráticos, en que aspectos debemos poner atención, reconocer las realidades e interactuar más positivamente con los bien o mal llamados, depende, burócratas, aparecerán en los diversos relatos, atreviéndome en algunos de ellos a tratar seriamente la problemática subyacente, sus implicaciones y sus repercusiones.

Intento merecer el entusiasmo de los lectores, comentaristas y amigos que seguramente surgirán en este espacio, provocar en todos ellos cierto autoanálisis y generar una posición comprensiva y positiva hacia el cambio de actitudes que muchas veces aparecen en los extremos entre el burócrata y el anti-burócrata, por no reconocer que ambos tienen generalmente características afines e, incluso, suelen generar efectos similares.

Alguien dijo que si el hombre pudo llegar a la luna, esto fue gracias a una burocracia, refiriéndose a la organización de la NASA y no cabe duda que hoy, la enorme mayoría de las organizaciones en el mundo lo son, porque evidentemente tienen ventajas administrativas y económicas; aunque por otra parte, si no existe un equilibrio dinámico entre propósitos, flexibilidad de la norma y control de los procesos, la propia administración va generando rigidez, burocracia, ineficiencia y, como consecuencia del no cambio oportuno, decadencia y muchas veces desaparición .

Así que deberemos buscar las sinergias positivas para combatir la entropía desde nuestras esferas de influencia o decisión en las organizaciones con quienes estamos involucrados; desde el hogar hasta la empresa o el gobierno, desde nuestra actitud como individuos hasta nuestro comportamiento social.

Espero, pues, que esta página se convierta en un espacio abierto que permita orientar nuestros esfuerzos por construir un mejor país.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bien, felicidades por esta idea! Esperaré con gusto tus relatos.
Por cierto, cómo va el poema de Amado Nervo?

SERGIO BOURGES R. dijo...

puedes teclear en google lo siguiente: Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida y yo creo que te aparece el poema, si no te lo puedo declamar la siguiente vez que hablemos. gracias