miércoles, 12 de diciembre de 2007

LA FRASE DE LA SEMANA

“Si hacen como que me pagan, hago como que trabajo”.

Principio fundamental de la burocracia, que deviene de la Ley del Talión y es casi tan antiguo como esta ley.

Ahora bien, no sabemos si fue el burócrata el que inició o cualquiera de las contrapartes directivas que probablemente pensaron: “Si son unos flojos para que les pago”. Qué fue primero, el huevo o la gallina, difícil determinarlo.

Pero no olvidemos que hasta hace muy poco en la escala del tiempo, la humanidad conoció horarios de trabajo tan cortos como los actuales.

Bueno, aquí existen jefes que todavía creen que trabajar medio día es de 9 am a 9 pm y siguen el método de la esponja para delegar.

Este método consiste en pasar trabajo con indicaciones confusas y el trabajador, que es la esponja, absorbe y absorbe, hasta que se rebasa; entonces se para un poco, se gritonea que qué está pasando, que si tiene la confianza depositada en ellos, que no lo ayudan, etc. etc. Pero en cuanto logran sacar un poco de la chamba, secar la esponja, se repite el proceso.

En fin, para llevar bien este principio se requieren habilidades específicas pues, evidentemente la alta burocracia, bien pagada, intenta por múltiples medios, programas, sistemas, mecanismos, estilos de liderazgo, reingenierías, administración del cambio y cualquier herramienta que surja como moda en las escuelas de negocios, incrementar la eficiencia y eficacia, asegurar un uso “óptimo” de los recursos y evitar desde luego, la corrupción.

Y comienza un juego perverso que afecta a la economía y en general a toda la sociedad. El burócrata que se hace el muerto, tiene que aprender a permanecer sentado todo el tiempo, pues si no dará lugar a sospechas. Hacer lo que se conoce como horas/nalga es básico; no deben tomarse muchos líquidos porque se crea una necesidad fisiológica indeseable para estos fines.

Siempre hay que decir que si (que si entendimos, que si sale mañana, que claro que es factible, que si es una idea brillante, etc.). Proferir un no sólo debe hacerse cuando el jefe se refiera a otra persona, compañero o no y sirve para sacarse enemigos de encima.

Y vaya que todo esto afecta, a mi me duele mucho, por ejemplo, que hace poco en un evaluación educativa, el País terminó en último lugar y para mí esto no es más que un reflejo triste del papel que les asignamos a los maestros.

Finalmente resulta que hacemos como que les pagamos, ellos hacen como que les enseñan a nuestros hijos y nuestros hijos hacen como que aprenden.

Fíjense nada más, el sueldo de un profesor en países desarrollados es de unos 60 a 70 mil dólares anuales; en México de unos seis mil.

Sí, el 10 % y no es mordida, ¿qué esperábamos, estar a la cabeza en estas evaluaciones? O será que como estamos acostumbrados a dar el 10% en todo, pues no vemos mal que les paguen el 10% de lo que fijan los estándares de los países desarrollados, con quienes nos encanta compararnos.

No quisiera en este momento involucrar en esto los sueldos de la alta burocracia, que también navega con la misma bandera y en el mismo barco, pero eso sí, en primera clase, faltaba más.

Si tenemos maestros burócratas, también tenemos líderes burócratas, directivos burócratas y padres burócratas y me refiero a los que jamás han visto una tarea de sus hijos, que no les apoyan explicando o buscando las respuestas en libros de consulta o en enciclopedias, que enseñan a sus niños a buscar pretextos, al ¿y yo por qué? o al “se me chispotió”, amén de recetarles como programa cultural excelso ese de los domingos en la mañana, que es altamente educativo y formativo de los valores que buscamos como sociedad. ¿O no? Se aprende por lo menos a catafixiar (¿estará bien dicho?)

La verdad es que hasta la ciencia y la cultura se han afectado y ha surgido también un nuevo tipo de burocracia: la forman los investigadores o incluso los científicos y por el lado cultural los pseudo creativos “nice”.

Viven de los institutos, centros de investigación, consejos, comisiones y fideicomisos oficiales y realmente son muy pocos los que aportan algo. Caray, tantos años de apoyos múltiples, ya era como para tener más logros que los que exiguamente se han alcanzado. Quisiera en serio estar equivocado.

Privilegiar la investigación y el desarrollo cultural, implica también romper el círculo vicioso y desburocratizar los medios que requieren los investigadores para mejorar sus condiciones económicas.

¿O es que hacemos como que les pagamos y ellos hacen como que investigan y los nice como que crean algo?

Es imprescindible pagar por lo que hace el trabajador, el investigador, el analista, el funcionario menor e incluso el directivo y sí, claro, exigir calidad, eficacia y eficiencia. Calidad personal, diría yo.

Este cambio no se podrá instrumentar si no modificamos creencias que hoy nos mantienen así.

Las más negativas son el creer que los cambios deben hacerse desde arribotototo…ta, porque abajo no existe la capacidad; es también creer que los empleados se resisten al cambio y que este hay que impulsarlo con cuanto argumento se encuentre, para vencer la resistencia, o imponerlo como suele pasar.

Entonces si se genera resistencia y es la más nociva: burocráticamente se obedece pero… no se cumple.

No olvidemos que el cambio y los líderes pueden surgir en cualquier parte y generalmente los burócratas investidos de autoridad no suelen ser buenos líderes, ni hacer buenos cambios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A poropósito de esto dice G. Zaid:
"No se ha estudiado la ecologÌa de la corrupción, la incompetencia, la irresponsabilidad, como una plaga que se extiende y sofoca el desarrollo personal y social. Las hipótesis racistas son una tontería. Hasta los paÌses más admirados tienen su cuota de tontos, ineptos, irresponsables y corruptos. También hay paÌses de segunda con gente de primera. La verdadera cuestión está en cómo se forman y transforman los nichos ecológicos que favorecen o sofocan una vida feliz y productiva (...) Afortunadamente, siempre quedan islotes a salvo que pueden influir favorablemente. Siempre hay inadaptados que dan la pelea, aunque sea absurdo, porque están convencidos de que lo mejor es posible. También hay adaptados que cambian, porque se sienten mal o la degradación ya no los beneficia. Además, el contagio puede ser positivo, no sólo negativo. Y algún efecto tiene pasar vergüenzas internacionales."