martes, 18 de diciembre de 2007

Y tú, ¿tienes tu copia rosa, debidamente sellada y firmada?

No importa el trámite, debe existir la copia rosa o de perdida la amarilla, mejor ambas, pues cientos de miles de trámites en el mundo exigen como parte de los “documentos que se requieren”, la copia rosa de alguno de ellos.

A veces ponen también la amarilla, pero eso es para despistar, así que no se confíen. No existe un buen trámite que no exhiba el requerimiento de la copia rosa.

Obviamente, también el sello es parte vital en todo procedimiento.

En los formatos se utiliza mucho el color en las copias, para identificarlas claramente del original y en general se les pone una leyenda de a quien corresponde cada copia.

Pero ¿de dónde surgió la famosa copia rosa?; en México, existe la hipótesis que se refiere a la copia de la afiliación al IMSS y era en efecto una copia importantísima en muchísimos trámites del Gobierno.

Ahora ya ha sido superada por el CURP, la credencial para votar y desde luego los trámites por internet, que son igual de burocráticos y, dependiendo de la velocidad de conexión, igual de lentos en cuanto a sus efectos.

Otros piensan que, como todo lo demás, se lo copiamos a los gringos, que tienen una tradición burocrática mucho más añeja y elaborada que la nuestra.

No exagero al hablar de cientos de miles de trámites con copias rosa (consulten la referencia en google), lo mismo que el requerimiento de que se sellen los documentos, aunque estos ya se convirtieron en una cadena ininteligible de caracteres y signos raros en los recibos electrónicos que debieran, en un esfuerzo de congruencia y respetando las tradiciones, crearse con un fondo rosa y con una marca de agua en morado con alguna leyenda inofensiva como “ENTREGADO” O “COTEJADO”, para que por lo menos se dé la impresión de seriedad que se necesita para que el ciudadano común confíe en dichos trámites.

Y para esto sugiero se contraten expertos en “usabilidad” o si no, pedirle a Gates que incorpore en el Windows Vista una restricción adicional a las miles que tiene, para que estos recibos se hagan siempre en color rosa, simulando una copia.

Pongámonos a pensar que quizá parte de la resistencia de los empleados a operar con los medios electrónicos es que no se deja ninguna atribución al ser humano, vamos, nada de discrecionalidad; ya ni siquiera puede un burócrata hacerle un favor a nadie.

Pero eso sí, aunque los digitalicen, seguirán siendo burócratas.

Igual simularán que conocen muy bien la paquetería administrativa y los programas de cómputo, aunque frecuentemente el resultado será que aprendan a bloquear con algo la aplicación más importante y sólo sepan dar “Ctrl , alt, supr”, para recomenzar.

El sabotaje a los sistemas de cómputo es un reto constante para el burócrata. En algún otro espacio mencionaremos algunas formas muy utilizadas.

La multiplicación de formatos en las organizaciones burocráticas explica por sí sola la complejidad de las normas. Verdaderamente se crea un enjambre de disposiciones que muchas veces son contradictorias entre sí, otras más se invalidan por falta de un marco preciso de atribuciones y responsabilidades; en otras ocasiones dos o más autoridades tienen que ver con el asunto desde enfoques totalmente distintos, que crean más y más inseguridad en la toma de decisiones y cierta carencia de certeza jurídica en los actos públicos.

De aquí es fácil deducir que se crean “expertos” en estos procesos complejos que pueden tardar en dar sus opiniones meses, en perjuicio de un ejercicio sano de la administración.

De aquí se puede deducir también la lentitud para tomar decisiones y más cuando se tienen instancias burocratizadas con rigidez suficiente en su percepción de la administración, para que generen el daño.

Es muy triste ver que en el órgano máximo de autoridad de las instituciones gubernamentales (sus juntas directivas o consejos de administración), donde se nombran personas de alto nivel, de prestigio reconocido, se ventilan solicitudes de autorización para tramitar ante las “super dependencias”, asuntos administrativos que suelen entonces resolverse burocráticamente en niveles bajos de dichas dependencias, después de algunos meses claro y sin considerar el desarrollo sano de las entidades.

Jamás lograremos eficiencia y eficacia con marcos tan restrictivos y que llegan a tales absurdos.

Vamos a jugar futbol vestidos de beisbolistas y con un balón de basket ball, para hacer el ridículo en la cancha.

Y después nos quejamos…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Confirmo que en Suiza también existe la famosísima copia rosa. A veces hay una rosa y una amarilla. Yo no sé bien a bien para qué sirven porque la leyenda (que también existe) está en alemán. Pero por si acaso la copia rosa siempre la guardo, no vaya a ser (haber crecido en México me da muchas ventajas sobre los ingenuos suizos que confían ciegamente en su burocracia)